Equipo SWAT se moviliza a la Cárcel de Azua tras secuestro del coronel Ricardo Bidó; recluso alega intento de asesinato
Por Santiago Ureña
Miembros de la Policía Nacional y un equipo SWAT se han desplazado de manera urgente a la Cárcel Pública del Kilómetro 15 de Azua tras el secuestro del coronel Ricardo Bidó, quien es el encargado del penal. La situación se ha intensificado luego de que un recluso, cuya identidad no ha sido revelada, difundiera un audiovisual en el que alegaba que Bidó intentó asesinarlo, y que en medio de un forcejeo, le disparó.
El video, que ha circulado rápidamente en redes sociales, muestra al interno explicando los hechos desde su perspectiva, señalando que actuó en defensa propia durante un altercado con el coronel. El prisionero afirma que Bidó intentó quitarle la vida, lo que lo llevó a reaccionar violentamente.
La gravedad de la situación ha motivado la intervención inmediata de las fuerzas especiales SWAT, quienes han sido desplegados para contener la crisis y buscar una solución negociada. Hasta el momento, no se ha confirmado el estado de salud del coronel Ricardo Bidó, ni se han proporcionado detalles sobre la cantidad de disparos que recibió ni sobre su gravedad.
La tensión en el centro penitenciario es palpable, y la llegada de las unidades tácticas de la Policía Nacional ha elevado las preocupaciones sobre la posibilidad de un enfrentamiento armado. Las autoridades están intentando establecer una comunicación fluida con los reclusos para evitar una escalada violenta y resolver el incidente de manera pacífica.
El contexto de este motín pone de manifiesto posibles problemas más profundos dentro del sistema penitenciario, como las denuncias de abuso de poder, condiciones inhumanas de detención, y falta de recursos, que han sido un punto recurrente de conflicto en las cárceles del país. A medida que la situación continúa en desarrollo, tanto la comunidad como las autoridades siguen con atención los próximos movimientos, esperando una resolución segura y sin más violencia.
Este hecho, además, subraya la vulnerabilidad de las instituciones penitenciarias del país y las tensiones que pueden surgir en un entorno de alta presión, donde las dinámicas de poder entre los reclusos y el personal penitenciario pueden resultar en situaciones como esta.